Si te preguntamos qué asocias con el verano, además de las vacaciones, una de las respuestas más comunes sería, los campos de maíz junto con unas hermosas flores silvestres. Delfinios violetas, acianos azules y finalmente, unas amapolas rojas. Dan a los campos el encanto veraniego que tanto ansiamos recordar. Por lo tanto, no es de extrañar que los artistas amen estos colores mostrándolos en lienzos que representan una vida idílica y pacífica.
Las flores de verano combinadas con la vegetación y luego el oro de los campos de maíz son simplemente maravillosas. Su color natural destaca como pinturas del propio Van Gogh, por lo que este motivo floral es una forma perfecta para un interiorismo delicado y único con espíritu rústico. Un vinilo será ideal, ya que es una decoración de pared extraordinaria y extremadamente encantadora. Si soñamos con una delicada atmósfera idílica, vale la pena enfocarnos en un gran formato, gracias al cual obtendremos una imagen efectiva en una composición abierta que no perturbará la disposición del espacio.
Las amapolas se verán hermosas sobre el sofá de la sala de estar. Las amapolas, que nos recuerdan a las vacaciones de verano, remiten a la pintura clásica, tienen un poco de romanticismo y, al mismo tiempo, siguen siendo extremadamente elegantes. Un vinilo para la pared con su motivo le dará al interior un carácter único y al mismo tiempo abrirá una ventana a la imaginación.
Los colores claros combinan bien con las flores, especialmente cuando el color predominante del vinilo es el rojo de las amapolas. Los grises, blancos y beiges son un buen fondo que conviene complementar con accesorios naturalistas. Las fundas de almohada de madera clara, pero también de lino, realzarán el carácter rústico de la habitación. Las flores frescas deben colocarse en regaderas, botes de leche y junto a ellas un mundo perfumado, que iluminado por la noche, también gracias a la aromaterapia, nos trasladará a remotas regiones idílicas. Las flores también combinan a la perfección con el estilo boho - Las amapolas en combinación con cuerdas de cáñamo, macramé y un sillón colgante, por un lado, harán referencia al ambiente indio, por otro lado, nos permitirán relajarnos libremente en un campo europeo. Las flores silvestres son recuerdos del verano que, aunque breves, permanecen en nuestra memoria durante mucho tiempo.